Palacio Real de la Granja de San Ildefonso
Residencia estival de los Borbones durante los siglos XVIII y XIX. En 1720, Felipe V compró los terrenos a los frailes de la comunidad del Parral. El arquitecto Teodoro Ardemans convirtió el edificio conventual en un palacio adosado a un templo y flanqueado por cuatro torres con chapiteles de pizarra. Tiene plazas con nombres de uso y costumbres: la del palacio, la del mercado, la plaza de canónigos, la de la cebada, y otra, para los soñadores, llamada plaza de la melancolía. Es un urbanismo neoclasicista. La obra de jardinería se encargó a un equipo de Versalles (Francia). Los Reales Jardines componen una barroca y elegante escenografía, donde destaca la riqueza botánica y el agua.
WUN-08419